domingo, agosto 13, 2006

El placer de las pequeñas cosas

Y me aleje de mis dudas, problemas e infiernos particulares para darme un respiro... porque no hay mal que dure mil años ni felicidad permanente (sería infrahumano soportarlo tanto lo uno como lo otro) y di las gracias mentalmente a las calles, al sol , al mar e incluso a la sensación de estar en casa, a esa bendita sensación que últimamente no conseguía disfrutar en ninguna parte... el auténtico secreto de la tranquilidad, del sosiego...

Ansiaba por una vez abandonar la sensación de provisionalidad, pero esa sensación parece no querer abandonarme , no querer abandonarnos, como si fuéramos replicantes... sin pasado... sin futuro?...

1 comentario:

Milton Ramirez dijo...

Muy interesante tu estilo de escribir, eres literata?